Fondo
1. Desde 2002, los productos químicos utilizados en la extracción de oro en Malí, incluido el cianuro, se han encontrado en el agua del vecino Senegal. La temporada de lluvias promueve el transporte de desechos tóxicos en las aguas subterráneas y los arroyos circundantes. Las únicas fuentes de agua ahora están contaminadas. Se supone que el tratamiento del agua contaminada del proceso minero sigue estrictos estándares internacionales reconocidos, pero los niveles químicos, en ocasiones, han duplicado los niveles aceptables.
2. La prensa financiera sudafricana ha confirmado que los productos químicos necesarios para la extracción de oro han contaminado no solo “el agua local” en Senegal sino también el río Senegal que fluye desde Malí hasta Mauritania.
3. Además, aumentan las preocupaciones con respecto al suministro mundial de agua dulce; los procesos de extracción son voraces en demanda de agua. En 2002, según AngloGold, el proyecto ha bombeado más de 5,6 millones de m 3 de agua, 177 litros por segundo, para satisfacer las necesidades de la mina.
4. Los resultados de estos químicos, como el cianuro y el arsénico, han creado una situación de urgencia en el aumento del número de abortos espontáneos a tal punto que se teme por el futuro de la comunidad. Dado que el gobierno de Malí es un accionista minoritario del proyecto, parece indiferente al problema.
Resolución
Por lo tanto, Global Greens:
1. Preparar una petición que llame la atención mundial sobre el mal uso del agua dulce y la falta de protección y tratamiento adecuados de las aguas residuales contaminadas;
2. Denunciar a las empresas extranjeras en África Occidental que están explotando recursos minerales no renovables y no cumplen con las prácticas de buen gobierno o los estándares ambientales mínimos;
3. Garantizar que los proyectos de desarrollo internacional no fuercen la migración de poblaciones establecidas a lo largo de los ríos para construir represas hidroeléctricas que sirvan solo a las industrias relacionadas con la minería;
4. Trabajar para preservar el agua potable para malienses, mauritanos, senegaleses y otros países de África occidental o del sur del Sahel, que está siendo desviada para proyectos mineros e hidroeléctricos;
5. Exigir que los programas internacionales de ayuda al desarrollo dejen de financiar represas y centrales hidroeléctricas hasta que se alcancen acuerdos satisfactorios con la población local para el suministro de agua potable y compensación por el uso de la tierra.